¿Qué es la tiroides?
La tiroides es una glándula endocrina con forma de mariposa ubicada en la base del cuello, y es responsable de la producción y secreción de hormonas tiroideas que influyen en diversas funciones metabólicas y celulares. Aunque habitualmente las personas se refieren en plural a “las tiroides”, la manera correcta de referirnos es en singular como “la tiroides” o “el tiroides”, ya que la RAE admite ambos géneros.
El tiroides bajo el control del eje hipotálamo-hipófisis, produce dos hormonas principales: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). El equilibrio de estas hormonas tiroideas es crucial para el correcto funcionamiento metabólico, puesto que las hormonas tiroideas influyen en la actividad de casi todas las células del cuerpo humano.
Entre las funciones reguladas por las hormonas tiroideas se encuentran:
- Control del gasto cardíaco y frecuencia cardíaca.
- Regulación de la frecuencia respiratoria.
- Desarrollo óseo posnatal y remodelación ósea.
- Estimulación del sistema nervioso, estado de alerta y vigilia.
- Regulación del ciclo ovulatorio y la espermatogénesis.
- Participación en la regulación de otros órganos endocrinos.
¿Qué es el hipertiroidismo?
El hipertiroidismo es un trastorno en el cual la glándula tiroides produce una cantidad excesiva de hormonas tiroideas, lo que conduce a una aceleración del metabolismo.
Esto también se puede llamar tirotoxicosis como exceso de hormona tiroidea y si la causa es por una excesiva función del tiroides sería hipertiroidismo.
Síntomas del hipertiroidismo
Los síntomas del hipertiroidismo están causados por el exceso de hormona tiroidea en el cuerpo. Las hormonas tiroideas, como os expliqué anteriormente, participan en múltiples funciones en nuestro organismo. Un exceso de las hormonas tiroideas provoca que esas funciones se realicen mal.
En otras ocasiones, la clínica del hipertiroidismo puede ser secundaria a que las hormonas tiroideas favorecen la acción de hormonas adrenérgicas como adrenalina, la noradrenalina o incluso del cortisol entre otras.
Si tuviera que describir (como médico) como son los síntomas del hipertiroidismo, usaría el ejemplo de un coche en quinta marcha por una calle a la que solo se puede ir a 20km/h.
Nuestro organismo, que es el coche, va más acelerado de lo que necesitamos en ese momento, sufriendo el motor y no se está adaptando a lo que se nos exige en ese momento.
Los signos y síntomas del hipertiroidismo no son todos iguales ni a todos los pacientes les afecta por igual. La presentación clínica es variada y depende de factores como la cantidad de hormona tiroidea, la edad del paciente, el sexo y la sensibilidad al exceso de hormona tiroidea que tenga cada persona.
- Nerviosismo, ansiedad e irritabilidad.
- Problemas para dormir o insomnio.
- Debilidad muscular y cansancio inexplicable.
- Pérdida de peso a pesar de un aumento en el apetito.
- Cambios en el estado de ánimo y labilidad emocional.
- Temblor en las manos y los dedos.
- Latidos cardíacos rápidos o irregulares (taquicardias y arritmias).
- Mayor sensibilidad al calor y sudoración excesiva.
- Diarrea o evacuaciones frecuentes.
- Cambios en los ciclos menstruales en mujeres jóvenes.
- Bocio o agrandamiento de la glándula tiroides.
- En casos de enfermedad de Graves-Basedow, ojos saltones.
- Piel húmeda, tibia y afinada, así como cabello fino y frágil.
Los síntomas del hipertiroidismo en mujeres pueden causar alteraciones en el ciclo menstrual.
En personas mayores, el hipertiroidismo puede manifestarse con síntomas menos evidentes, como latidos cardíacos irregulares, pérdida de peso, depresión y sensación de debilidad o cansancio durante las actividades cotidianas. Este fenómeno se denomina hipertiroidismo apático.
En el caso de que ya exista bocio (aumento generalizado de la glándula tiroidea) pueden estar presentes síntomas y signos compresivos, como la disnea (sensación de falta de aire), la disfagia (dificultad para tragar) y la disfonía (pérdida parcial del timbre de voz). Si el bocio alcanza un tamaño considerable, puede causar síntomas de compresión en el cuello, como sensación de presión, dificultad para tragar alimentos o afonía.
Es importante tener en cuenta que el hipertiroidismo puede presentarse con síntomas similares a otras condiciones médicas, lo que puede dificultar su diagnóstico. Si experimentas alguno de estos síntomas, te recomendaría consultar a un especialista en endocrinología para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
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Consecuencias del hipertiroidismo
Las consecuencias del hipertiroidismo son evidentes, principalmente a largo plazo. Algunas complicaciones en la salud que pueden originarse son:
- Problemas cardíacos: aumenta el riesgo de arritmias. Puede causar fibrilación auricular, que aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular, e insuficiencia cardíaca congestiva, dificultando la circulación de sangre en el cuerpo.
- Huesos frágiles: el exceso de hormona tiroidea puede generar osteoporosis, ya que el exceso de hormona tiroidea extrae el calcio de los huesos con mayor rapidez de la habitual.
- Problemas de visión: la oftalmopatía tiroidea u oftalmopatía de Graves-Basedow, que afecta los músculos y tejidos alrededor de los ojos, es más común en personas que fuman. Los síntomas incluyen ojos saltones o protuberantes, sensación de arena en los ojos, presión o dolor ocular, párpados hinchados o retraídos, enrojecimiento e inflamación, sensibilidad a la luz y visión doble. Si no se trata, puede causar pérdida de visión.
- Piel decolorada e hinchada: en casos raros, la dermopatía de Graves provoca cambios de color y hinchazón en la piel, especialmente en espinillas y pies.
- Crisis tirotóxica: una afección poco frecuente y grave que requiere atención médica de emergencia. Sus síntomas incluyen fiebre, latidos cardíacos rápidos, náuseas, vómitos, diarrea, deshidratación, confusión y delirio.
¿Qué causa el hipertiroidismo?
El hipertiroidismo puede estar causado por diversos factores que afectan la glándula tiroides. Puede ser provocado por infecciones, intervenciones quirúrgicas o enfermedades como la enfermedad de Graves, carencia de yodo, nódulos tóxicos y otras afecciones tiroideas.
Las causas de hipertiroidismos más frecuentes son las de síntesis y de origen tiroideo. Atendiendo a estos dos criterios, las más habituales son:
- Enfermedad de Graves Basedow (hasta el 60%)
- Bocio multinodular (hasta el 20%)
La enfermedad de Graves-Basedow es más frecuente en mujeres y personas con antecedentes familiares de la enfermedad. Los anticuerpos generados interaccionan con el receptor tiroideo, aumentando la síntesis de hormonas tiroideas y el tamaño de la glándula.
Enfermedad de Graves
Esta enfermedad autoinmune hace que el sistema inmunitario ataque la glándula tiroides, provocando una producción excesiva de tiroxina. Es la causa más frecuente, se trata de una enfermedad autoinmune, caracterizada por la presencia de anticuerpos TSI que actúan contra el receptor de TSH.
Estos anticuerpos interaccionan con el receptor, estimulando la síntesis y liberación de hormonas tiroideas y produciendo el crecimiento de la glándula tiroides. En la analítica encontraremos valores de hormonas tiroideas elevados con una TSH suprimida.
Tiroiditis
La tiroiditis es una inflamación de la glándula tiroides causada por infecciones, enfermedades autoinmunitarias o un sistema inmunitario hiperactivo. Se produce una liberación excesiva de hormonas tiroideas (tirotoxicosis) debido a la destrucción de los folículos tiroideos. Normalmente, la tiroiditis cursa en una primera fase con hipertiroidismo, se produce una inflamación y destrucción del tejido tiroideo que provoca la liberación de hormonas tiroideas.
La tiroiditis de Hashimoto es un trastorno autoinmune que daña la tiroides.
Nódulos tiroideos hiperactivos
Los nódulos tiroideos hiperactivos, también llamados adenoma tóxico, bocio multinodular tóxico y enfermedad de Plummer, son bultos no cancerosos que pueden aumentar el tamaño del tiroides y generar un exceso de hormona tiroidea. Se caracterizan por la presencia de al menos un nódulo tiroideo, (o varios) que funcionan de forma autónoma, y produce un exceso de hormonas tiroideas, que inhiben la producción de TSH.
Cómo diagnosticar el hipertiroidismo
Para diagnosticar el hipertiroidismo, se hacen análisis de sangre que miden las hormonas tiroideas (T4 y T3). Si se encuentran anticuerpos positivos ( especialmente TSI), se sospecha de la enfermedad de Graves Basedow. En caso contrario habría que realizar pruebas de imagen.
A veces, se necesitan pruebas adicionales como gammagrafía tiroidea o ecografía para distinguir entre diferentes causas de hipertiroidismo. En casos de hipertiroidismo con síntomas clásicos y bocio, la sospecha diagnóstica se confirma con niveles elevados de hormonas tiroideas en sangre.
La presencia de anticuerpos antitiroideos confirma el diagnóstico de enfermedad tiroidea autoinmune. La gammagrafía tiroidea ayuda a esclarecer el tipo y función del bocio, permitiendo un mejor diagnóstico y tratamiento del hipertiroidismo.
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Tratamiento para hipertiroidismo
El hipertiroidismo es tratable, ya sea con medicamentos, cirugía o yodo radioactivo. Los fármacos antitiroideos orales son el primer paso, requiriendo revisiones cada 2-3 meses para controlar efectos secundarios.
Si se necesita cirugía, se realiza cuando el bocio es grande o provoca síntomas compresivos, o si existe enfermedad de Graves-Basedow con alteraciones oculares. Pueden haber complicaciones, pero son raras. Después de la cirugía, los pacientes necesitan tratamiento constante para prevenir el hipotiroidismo.
El yodo radioactivo se usa para destruir parte de la glándula tiroidea, siendo un tratamiento común. Puede causar hipotiroidismo y tiene precauciones específicas en cuanto a la proximidad a niños, mujeres embarazadas y lactantes.
El metimazol y propiltiouracilo son medicamentos utilizados para tratar el hipertiroidismo, inhibiendo la producción de hormonas tiroideas. Los betabloqueantes controlan síntomas como la frecuencia cardíaca alta y la ansiedad. El yodo también se usa a corto plazo para tratar casos graves.
En casos de enfermedad de Graves, pueden ser necesarios tratamientos adicionales para síntomas oculares y dermatológicos. La cirugía puede ser una opción para ciertos pacientes, aunque puede provocar hipotiroidismo y requerir suplementos de hormona tiroidea de por vida. En otros casos se pueden utilizar corticoides para su control.